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Mike & Charlie's Pizza & Sub Shop

Este lugar siempre ha estado presente en mis eternos jangueos nocturnos por Condado y su Ventana al Mar, pero nunca me había llamado la atención lo suficiente como para entrar, ya que pensaba que era igual de caro que muchos restaurantes del área.



Se entra al restaurante pequeño y alejado del bullicio de los hoteles y se ve que es un simple diseño en forma de “L”, con una pequeña barra que le da la espalda a la calle y al Hotel Vanderbilt que aún construyen, y una larga fila de mesas pequeñas a un lado y una larga butaca al otro. Fui martes por la noche, y estaba vacío pero cómodo. A veces cuando vamos a restaurantes que están vacíos, sentimos que somos partes del staff de la cocina y el servicio se ve perjudicado, pero éste no fue el caso.

EL menú cuenta además de las pizzas y subs de su nombre, con sopas, ensaladas, hamburguesas (que acompañadas de sus “seasoned fries” no suben más de $10), calzones y pastas. Sus subs de 1” están todos a menos de $14 y usan pan importado de la panadería Venice de New Jersey.

Después de pedir una Peroni Nastro Azurro (el que me conoce sabe que no puede faltar con mi comida italiana) pedimos entre dos los panecillos de ajo y queso. Salen del horno con salsa roja y queso mozzarella derretido encima de los panecillos super enormes y gordos. Me sorprendí con el poco tiempo que tomó en salir el plato y justo cuando estábamos terminándolos, llegó el plato principal. El que ha trabajado en el mundo de los restaurantes sabe que eso es ley y regla. Just in time.

Yo pedí un slice de pizza hawaiiana con jamón, y debo decir que para el tamaño del slice su precio de $2.99 era una ganga. Los pedazos de piña explotaban con jugo y la masa de la pizza tenía esa capa fina y crujiente perfecta que es tan difícil de conseguir. La pizza la puedes pedir en slice o completa. Una pizza completa te saldría entre $17 a $22 con 12 pedazos. Las “Gourmet Pizzas” (Margarita, Four Cheese, Steak and Cheese, por ejemplo) solo se piden por mitad o completa, con precios entre $12 y $20 respectivamente. El menú de postres sencillo y económico, con precios desde $4.

El lugar además cuenta con pantallas para ver tus juegos favoritos mientras disfrutas de tu pizza, sabes, como un NewYorkino de verdad. Cuentan con servicio de delivery en áreas desde Miramar, Condado y Santurce hasta Punta las Marías y con mínimo de compra de $12. Al tener tan buenos precios y servicio considerando el área en el que se encuentran y considerando además que los demás sitios tipo trattoria y restaurantes italianos o italo-americanos son cada vez más caros, Mike and Charlie’s es una buena opción cuando se quiere salir de la rutina y ahorrar par de pesos. Por eso es que podemos decir que está oficialmente FoodJunkies Approved.


Mike and Charlie’s se encuentra en el 1024 de la Ave. Ashford en Condado y está abierto todos los días desde las 11am hasta bien tarde. Aceptan ATH (¡qué bueno!) y sus horas de operaciones, teléfono y menú descargable los puedes ver en su página, MikeandCharlies.com.

*Imagen sacada del portal web del restaurante.




Vía Appio- Ave. Ashford, Condado

El 4 de noviembre, día que nace la persona más importante en mi vida y de quien ya hablé en el post anterior visitamos este sitio italiano y bastante humilde en el medio de Condado. Hacía ya una semana que me rompía la cabeza pensando en un sitio especial para ir a comer, después de todo, subía desde Ponce y yo era como su único host esa noche. Gracias a Google, conseguí el sitio. Su amiga Ney tenía una fiesta sorpresa en Chilli’s ese mismo día y después de un buen rato esperándola llegó, le dijimos “¡Sorpresa!” y arrancamos para Condado.

Te puedes sentar tanto afuera en la terraza como adentro en el sports bar/salón o en la parte del deli, donde venden vinos y eso. El servicio fue bien eficiente (hasta el gerente pasó por la mesa) y la comida llegó súper rápido considerando lo que pedimos. Birthday Boy pidió Pollo Parmesano (la pechuga de pollo más grande que he visto en buen tiempo) con spaghetti y yo ternera con pimientos verdes y spaghetti también. Para mi sorpresa, la ternera la hicieron igual que la hace mi abuela (nostalgia culinaria) y estaba súper suave. No soy amante de la salsa roja que tenían los spaghetti, pero no me puedo quejar en verdad porque ni cuenta me di cuando leí el menú. In all, fue una alternativa bastante económica para una cena simple y cómoda. Los platos están entre los $8-$12. El refresco no tiene refill.

La noche siguió super suave, con un cafecito de Starbucks después y The Science of Sleep en el Fine Arts nuevo.


*Via Appio está frente a Danny’s Pizza.



Romano’s Maccaroni Grill- Plaza las Américas


Un viernes, creo que fue el 27 de octubre, luego de acompañar a mi mejor amigo Andenes a la Escuela de Artes Plásticas en San Juan a entregar unos cuantos documentos que le faltaban para el examen de admisión, nos apretó el hambre. El chico nunca había ido a Macarróni, y llevaba tiempo chavando para que lo llevara, ya que no me cansaba de hablarle de lo que comía cada vez que iba; yo por acá en el área metro y él en Ponce, aburrido.

Quedó loco con la presentación del restaurante. Es cierto, la tienda* de Plaza es la más grande en Puerto Rico. A pesar del tamaño y de lo busy que se ve todo el tiempo es muy acogedor. De pronto se me ocurre invitar a Lyri también y por suerte estaba en la(s) hora(s) de break de vender los patitos de hule.

Como siempre, el pan y el aceite de oliva nos salvó del hambre perra que teníamos. El mesero tuvo creo que problemas con los refills, pero no lo culpo, parecía nuevo y la hora de almuerzo para un mesero nuevo es mirarle la cara al diablo esnú con un tutú. Lyri pidió el especial de ese viernes, el Sugo BIanco, que es un bowl más grande quie mi cara con pasta farfalle*, pollo, prosciutto* cebollines y cebolla roja. La salsa es blanca, hecha con queso asiago. La mayoría de las pastas las sirven en estos bowls, son unas porciones bastante generosas. Erick pidió la Penne Rustica y quedó loco. Es pasta penne, con pollo, prosciutto y camarones y paprika encima. Lástima que no lo pude probar por mi alergia a los camarones y sus familiares, pero aparentemente es el favorito de muchos que conozco. Yo, on the other hand, pedí uno de mis favoritos, Scallopine de pollo (a la verdad que ese restaurante tiene un problema serio con la gramática italiana BTW), que como dice, son escalopines de pollo con setas, alcaparras, alcachofas y pedazos pequeños de prosciuto. Si, yo también dije “¿¿¿Alcaparraaaaaas??? ¿¿¿Alcachofaaass???”. Fue una sorpresa chévere la primera vez que lo probé, es un sabor tangy por la salsa de limón y una balance perfecto entre los capellini* suaves y los vegetales crujientes. No me canso de ese plato.

Por último el postre, con todo y que estábamos jaltos y no podíamos movernos. Pedimos el bizcocho de chocolate con mantecado. Una grúa por favor.

*
Tienda: Jerga que usábamos en el restaurante que trabajaba, que era de cadena como Romano’s. Se usaba para identificar otros restaurantes de la misma cadena. Hay otras tiendas de Macaroni en San Patricio, Montehiedra y Catalinas.

Farfalle[ far-FAL-le ]
: En italiano, lazo.


Prosciutto[ pro-SHU-to ]: jamón italiano, se corta en pedazos más gordos, bien típico italiano. De hecho, un snack famoso es el prosciutto con sandía



Faccio Pizza

Para seguir con las aventuras de las últimas dos semanas, les cuento sobre la noche del Martes.

El Martes, mi mejor amigo Joey me dice que necesita ir a Walmart, a eso de las 9 de la noche. Me busca y fuimos a Walmart de Plaza del Sol, a comprar disque una sombrilla para él, y unas Root Beer para mi casa (que nunca conseguí). Terminamos comprando par de películas a menos de $10, y claro, la sombrilla.

El otro plan de la noche era, pues, comer. Joey tenía hambre. Pero al salir de Walmart ya eran las 10 de la noche, hora a la que ya las cocinas de los restaurantes han cerrado, y muchos fast foods tambíen. Nos encontramos con que los fast foods frente a Plaza del Sol estaban abiertos, y mientras nos metíamos en el parking de un Church's, nos dimos cuenta que detrás había un Faccio Pizza, abierto, y completamente vacío. Por más creepy que fue comer en un sitio completamente vacío, la pizza estuvo super rica. Yo llevaba ya par de días con un craving de pizza, así que eso para mi fue heaven.

Joey pidió una pizza de pollo con zetas y yo pedí una de Canadian bacon con tomate. Ambas eran lo que Faccio llama tamaño Pibe, que es su tamaño más pequeño. Son pizzas "individuales" (aunque bastante grandes) divididas en 4 pedazos.

Ambas pizzas (claro, porque intercambiamos un pedazo) estaban ricas-ricas. Eran suficientemente grandes para hacernos pensar que no nos iban a caber completas (lo cual fue falso, porque no quedó ni un trozito de tomate en el plato). Estaban tan perfectamente calientitas, los ingredientes estaban bien distribuidos, el canadian bacon... aaaay... que rico.

La mia salió a $6.55 y la de Joey como a $7.95, lo cual es bastante razonable para un restaurante.

Así que ya saben, si tienen hambre y les acaban de cerrar la cocina del Longhorn o del Uno's del al frente, tienen un Faccio Pizza abierto.